El joven Silverio Pérez de 16 años jugaba fútbol en la ex-hacienda Capulac, en el municipio de Amozoc, en Puebla cuando lo mató un rayo. Silverio fue reconocido por su familia y su madre Lucía Zepeda, quienes de inmediato se lo llevaron a su casa pensando en que podrían atenderlo.
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